Recordamos el momento significativo de la creación de la Diócesis el 27 de abril de 1967, así como el
nombramiento de los nuestros Obispos: Monseñor Humberto Lara Mejía, Monseñor Julio Aguilar, Monseñor Juan
Gerardi Conedera, Monseñor Julio Cabrera Ovalle, Monseñor Mario Alberto Molina Palma y Monseñor Rosolino
Bianchetti Boffelli, actual Obispo.
Tenemos 53 años de vida, testimonio, martirio y servicio. Aunque nuestra vida diocesana tiene raíces muy
profundas. Somos conscientes que muchas realidades han cambiado en nuestra Iglesia y en la historia de
nuestros pueblos; durante estos últimos años han ido apareciendo nuevos desafíos y acontecimientos
históricos que han marcado la vida de nuestros pueblos: pobreza, exclusión, marginación, migración; junto
con la activación económica y el acceso a nuevos servicios y otras oportunidades.
También se abren nuevos caminos pastorales para avanzar más en el caminar de nuestras parroquias y nuestra
Diócesis. Estamos llamados a repensar nuestros caminos pastorales para vivir el Evangelio ante las nuevas
exigencias que la realidad de hoy presenta ante nuestros ojos, en su cultura, su gente y acontecimientos,
que nos exigen estar atentos a los signos de los tiempos.
Podemos afirmar que la Iglesia que peregrina en Quiché es una iglesia laical, de hombres y mujeres
bautizados, llenos de sabiduría y amor a sus familias, de entrega a la causa del Reino de Dios; realidad que
se corresponde con lo que en nuestros días el Papa Francisco reconoce como el Santo Pueblo fiel de Dios.
Es significativo que en la vida de la Iglesia y en la sociedad se han facilitado espacios para la
dignificación de la vida de la mujer y la promoción de sus derechos. Desde finales del conflicto armado
hasta hoy se ha logrado la participación de varias mujeres laicas y religiosas asumiendo responsabilidades
en el trabajo pastoral de nuestras parroquias y de la Diócesis. Reconocemos el trabajo y la entrega de las
diversas congregaciones religiosas en nuestra Diócesis.